
e-ISSN 2600-6006, julio - diciembre 2025, Vol. 6 - Núm 11
ULEAM - Extensión Sucre - Bahía de Caráquez 29
Según reporte emitido por el Ministerio de Cultura y Turismo
(2024), Colombia rompió récords en turismo, recibiendo a 6,7
millones de visitantes no residentes, con un crecimiento notable
en ecoturismo a Parques Nacionales Naturales, lo que indica que
de acuerdo con los registros de 2022, 1.43 millones de personas
visitaron los parques, lo que representa un aumento del 110% con
respecto a 2010. Aanzando así las propuestas del Plan Sectorial
de Turismo 2022- 2026 “Turismo en Armonía con la Vida”
con relación a la oferta de un turísmo diferente que ofrece un
atractivo basado en la experiencia y el relacionamiento con las
comunidades.
Así mismo, las metodologías de inventario turístico se convierten
en una de las herramientas de soporte para el marketing y el
branding territorial. En tal sentido, se ha podido evidenciar que
si bien no es común que en la justicación del trabajo realizado
en torno a la construcción o levantamiento de inventarios
turísticos de naturaleza se haga mención explícita de su aporte
al término “branding territorial”, sus pretensiones tienen que ver
con lo que la gestión de la marca tanto en lo teórico como en
lo práctico aspira. En esa medida, para los casos mencionados
sobre metodologías de levantamiento de inventarios en México,
Perú, Colombia, Brasil, Costa Rica, Panamá, Argentina, Ecuador
y Cuba en el presente artículo, así como para otras evidencias
empíricas que se enfocan en el turismo de naturaleza, se arma
que contar con estos inventarios se convierte en una oportunidad
para dar valoración a los atractivos turísticos del territorio que no
han sido reconocidos tanto a nivel interno como externo y generar
un potencial para el uso público (Ramón et al., 2020), bajo una
lógica de la protección y conservación de los recursos naturales y
paisajísticos y de las comunidades que allí habitan (Morea, 2016),
brindándoles la posibilidad de mayor desarrollo social (Franco-
Maass, Osorio-Garica y Regil-García, 2009) y turístico (Vanegas
et al., 2017), aspectos que van en línea con los objetivos y los
insumos que requiere la gestión de marca territorial.
De igual manera, se evidencia en los argumentos de estas
metodologías de inventario la importancia de poder brindar a
los visitantes una oferta adecuada, formalizada, responsable y
atractiva (Ramón et al., 2020), el cual es base para una promoción
del destino consistente y efectiva (Toapanta, 2014), aspecto que
hace parte de la misión principal de la gestión de marca territorial,
promocionar los territorios destacando una oferta adecuada y de
valor (Callarisa, 2010, citado en González y Martínez, 2013) para
los diferentes públicos interesados (Ribas y Feijó, 2014), varios de
los cuales tienen que ver con la dimensión del turismo como una
de las 6 que componen la marca territorio de acuerdo con Anholt
(2002), lo que a su vez implica antes que nada reconocer lo que el
territorio tiene para ofrecer (Belkadi, 2020), interrogante que se
puede responder a través de los inventarios turísticos (Vanegas et
al., 2017; Martínez et al., 2010). En esa misma línea, la gestión
de marca territorial le apunta a mejorar el posicionamiento
y competitividad de las regiones (Anholt, 2010; Abraham y
Ketter, 2008) evidenciándose en buenos indicadores sociales y
económicos de un territorio (Eskiev, 2019; Eskiev, 2021), lo que
implica que los inventarios de atractivos turísticos de naturaleza
contribuyen a esa pretensión, al enlazarse con las estrategias
territoriales de dinamización económica y de posicionamiento en
el mercado turístico internacional como arma Hernández (2011,
citado en Vanegas et al., 2017).
Por otra parte, dentro de las metodologías de levantamiento de
inventarios turísticos de naturaleza, se destaca la importancia
de desarrollar trabajo de campo para conocer opiniones,
percepciones, simbologías y otros aspectos de públicos como
pobladores, ecologistas y prestadores de servicios en la región
(Blanco et al., 2015; Arriola Miranda, 2005), con el n de
obtener una visión objetiva, descubrir potencialidades y lo más
importante, reforzar en la oferta turística la identidad en relación
con los recursos naturales y geográcos de la zona, lo que suma
de manera signicativa al diseño y gestión de marca territorial la
cual se soporta en la generación de identidades (Belkadi, 2020;
Nogué y San Eugenio, 2017) y como indica Lorenzini et al.
(2011, citado en Plumed, Casaló y Elboj (2017) se enlaza a los
valores naturales del territorio, permitiendo así proyectar hacia
afuera una imagen adecuada y diferencial.
Retos de las metodologías de inventarios turísticos con enfoque
en turismo de naturaleza
Las metodologías de inventario turístico indiscutiblemente
se constituyen en un insumo de gran importancia, en la
identicación, catalogación y evaluación de los recursos turísticos
con los que cuenta un destino (Bote Gómez, 1990), siendo
estos de gran valor para el diseño y la promoción de la oferta
turística. Diversas metodologías, lideradas principalmente por la
Organización Mundial del Turismo-OMT y la Organización de
Estados Interamericanos OEA, han venido dando la pauta para la
potencialización de los recursos, su jerarquización y segmentación
debida, involucrando a los diversos actores intervinientes en
dichas actividades. A nivel de Latinoamérica, referentes de
inventarios como el de la OEA CICATUR (Centro de Investigación
y Capacitación Turística) han contribuido en la jerarquización
y generación de valor de los recursos turísticos (Varisco, et al.,
2014), toda vez que dicha metodología permite la organización
de los recursos en 5 categorías importantes: a) sitios naturales
(montañas), b) manifestaciones culturales (museos, obras de arte
y lugares históricos), c) folklore (manifestaciones religiosas,
ferias, música, danza, entre otros), d) realizaciones técnicas,
cientícas, artísticas contemporáneas, y, e) acontecimientos
programados (eventos artísticos, deportivos, entre otros). Con
base en lo anterior, la metodología ha sido insumo valioso para la
identicación de recursos de turismo de naturaleza, sin embargo,
no se considera como la única metodología estándar para ello.
Frente a la metodología en mención, los diversos gobiernos de
América Latina, han generado variaciones dependiendo del tipo
de turismo y la planicación que se realice del mismo, es así
como por ejemplo, en el caso de Chile, los cambios han estado en
torno a la jerarquización, junto con el inventario mismo, haciendo
parte de un proceso diagnóstico, así como la tipicación de las
condiciones favorables y desfavorables y la valoración de los
recursos económicos del destino (SERNATUR, 2014); en el caso