Revista Cientíca Multidisciplinaria ULEAM Bahía Magazine (UBM)
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM) - Ecuador
26
Introducción
En un interrogatorio, tal vez, hacer la pregunta difícil sea algo
sencillo; pero, quién la hace, cómo la hace, cómo conseguir que
una persona responda a la pregunta y, sobre todo, cómo interpretar
la respuesta, puede no ser tan fácil. Ese es uno de los desafíos que
enfrenta cualquier profesional que trata de obtener información
de un testigo o sospechoso en un asunto de investigación.
En la época antigua, con la “Santa Inquisición”, la confesión era
la prueba fundamental en la investigación de cualquier delito y
obtenerla era el objetivo principal, por lo que la vía para lograrlo
no tenía importancia. No existían garantías para el inculpado ni
principios de bondad o piedad, si se estimaba responsable, se
le aplicaban crueles técnicas para obtener su confesión, lo que
muchas veces se lograba porque este, siendo inocente, aceptaba
la responsabilidad para evitar el dolor.
Los países de España e Italia constituyen ejemplos donde las
inquisiciones fueron extremadamente inhumadas, al hacer caer al
acusado en las mazmorras, el suplicio de la rueda o la aplicación
del fuego para luego juzgarlo y sancionarlo en el mayor secreto y
sin darle oportunidad para la defensa, era completamente normal.
En efecto, el interrogatorio ha transitado por la historia de
diferentes formas, donde los métodos de tortura tanto física como
psicológica se convirtieron inicialmente en el arma fundamental
de las autoridades para obtener información teniendo en cuenta la
culpabilidad o inocencia del interrogado.
Con el paso de los siglos los métodos de tortura se han
perfeccionado, haciéndose más sutiles y crueles, provocando
efectos irreversibles a sus víctimas, países como Filipinas,
Afganistán, Estados Unidos, entre otros, siguen utilizando estos
métodos como forma de obtención de información.
Sin embargo, dentro de los que más se utilizan en la actualidad
en gran parte de los países desarrollados se encuentran: golpes
en todas las partes del cuerpo con los puños, palos, porras o
con el extremo de los ries; arrancar el pelo; apagar colillas en
el cuerpo; arrancar piel con pinzas; la aplicación de descargas
eléctricas; inmersión de la cabeza del interrogado en tanques
de agua y en ocasiones contaminada; privación del sueño, de
alimentos y bebidas; posición forzosa de pie durante horas o días;
la sofocación mediante bolsas de plástico; azotes; suspensión
por colgamiento (colgado por las muñecas las cuales están
esposadas o amarradas fuertemente en una cuerda); entre otros
procedimientos.
En Cuba, antes del Triunfo de la Revolución el 1 de enero de
1959, el proceso de interrogatorio tenía como objetivo arrancar
la confesión al sospechoso de un delito a cualquier costo, por lo
que los interrogadores se basaban en el empleo de métodos que
conllevaban al maltrato de los detenidos, aplicándoles en muchos
casos fuertes y brutales torturas que en no pocas ocasiones le
causaban hasta la muerte.
Luego, la Revolución triunfante toma como propósito revertir los
viejos vicios de la administración del Estado, dentro de ellos los
policiales, de ahí que, con el nacimiento de nuestra Revolución
surge también la Escuela Cubana de Interrogatorio. Destacar
que en aquel momento se desconocía el verdadero sentido del
interrogatorio, porque no tenían experiencia policíaca la mayoría
de los combatientes a los que se les designó como policías, y
mucho menos como interrogadores.
Por otro lado, en nuestro país, después del triunfo revolucionario,
el comisor de un delito es tratado respetuosamente y con justicia.
Tal y como dijera nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz:
“El país donde no ha habido jamás un desaparecido; el país donde
no ha habido jamás un solo torturado, digan lo que digan (…)
Porque, como he dicho en ocasiones el primero que no toleraría
un caso de tortura es nuestro propio pueblo, y cuando por ahí se
atreven a armar la canallesca calumnia de torturas en nuestras
prisiones, lo que más nos indigna, es el insulto a nuestro pueblo
que ello conlleva,(…) Por eso podemos decir que ni en la guerra,
ni después de la guerra, jamás se dio el caso de un solo prisionero
violentado físicamente” . (Discurso pronunciado por Fidel Castro
Ruz el 5 de Abril de1987 en la Clausura del V Congreso de la
UJC.).
Al principio, no se consideraba al interrogatorio como una
especialidad, sino como una función más del investigador,
pero esta propia acción se encargó de demostrar lo contrario,
y en la medida en que se fueron adquiriendo experiencias, sus
resultados indicaban en mayor medida la necesidad de valorarlo
como tal, así como la conveniencia de situar algunos compañeros
especícamente en esta actividad con la nalidad de convertirlos
en interrogadores, a partir de sus aptitudes para ello.
Actualmente, los órganos policiales así como las academias
docentes de Cuba trabajan en el perfeccionamiento del
interrogatorio dentro del proceso penal así como en lograr
eciencia en la preparación de los ociales que lo desarrollen,
con un basamento cientíco – técnico y con bases en la psicología
moderna.
Diversos autores extranjeros y cubanos denen el concepto de
Interrogatorio, emitiendo sus criterios basado especícamente en
la profesión que realizan y las características de su contexto, es
por ello que generalmente, el interrogatorio se conoce como la
acción de preguntar, de sondear, informarse o poner en práctica
un cuestionario, de ahí que se use como herramientas para la labor
periodísticas, consultas clínicas, entrevistas de trabajo, entre otras
actividades sociales que se realizan como parte de la dinámica
humana.
Como arma y reconoce la Real Academia de la Lengua
Española (2011), el interrogatorio es la acción de interrogar a
alguien reiteradamente, en especial para aclarar un hecho o sus
circunstancias; series de preguntas, generalmente formuladas por
escrito .
Sin embargo, a pesar de coincidir en la búsqueda de información,
en la investigación criminal esta acción adquiere particularidades