julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
21
El docente generador de conocimiento en una realidad inmersa en la
tecnología social.
The teacher generator of knowledge in a reality immersed in social
technology.
Sandra Geraldine Colina Rovero
https://orcid.org/0000-0001-7135-0129 - sandradocente@gmail.com
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
Coro. Venezuela
Recibido: 22/11/2022 Revisado: 24/02/2023 - Publicado: 29/07/2023
Resumen
Las páginas que aquí se exponen,
reflejan mi postura empírica como
docente generadora de conocimientos en
una realidad inmersa en la tecnología
social, cuyo propósito es reflexionar
acerca de los nuevos retos de la
educación en una generación que está en
continuos cambios, producto de una
serie de acontecimientos humanos,
ecológicos, sociales, culturales que
exigen una transformación permanente.
Asumo un enfoque cualitativo y una
postura crítico-reflexiva. Los resultados
indican que existen docentes que
desconocen los aportes de la tecnología
social y su relación en la generación de
conocimientos, que no han entendido la
complejidad de su acción como
facilitadores, manteniéndola bajo
patrones académicos tradicionales. Este
análisis representa un aporte teórico-
reflexivo de suma importancia para todo
docente, ya que las instituciones
educativas son semilleros para la
formación de niños, jóvenes, adultos en
las diferentes áreas de conocimiento y
no puede estar desvinculada esta
formación de la dinámica social de los
tiempos actuales. Sustentado en las ideas
educativas de Morín (1990), aportes
sobre la generación de conocimientos de
Muñoz y Riverola (2003) y la
experiencia académica y empírica de la
autora. Se concluye con una reflexión
crítica orientada hacia una educación
con una nueva visión, que sea un reto
para el docente al utilizar la tecnología
social como estrategia para una
transformación participativa, holística,
capaz de incursionar en lo novedoso,
que sin perder de vista lo tecnológico, se
realce la esencia del ser humano en
formación, con libertad de pensamiento
para gestionar con autonomía,
comprometidos con su entorno natural,
social y cultural.
Palabras Clave: Docente,
conocimiento, realidad, tecnología
social.
Abstract
The pages that are exposed here reflect
my empirical position as a teacher who
generates knowledge in a reality
immersed in social technology, whose
purpose is to reflect on the new
challenges of education in a generation
that is in continuous changes, product of
a series of human, ecological, social,
cultural events that require a permanent
transformation. I assume a qualitative
approach and a critical-reflexive stance.
The results indicate that there are
teachers who are unaware of the
contributions of social technology and
its relationship in the generation of
knowledge, who have not understood the
complexity of their action as facilitators,
keeping it under traditional academic
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
22
patterns. This analysis represents a
theoretical-reflexive contribution of the
utmost importance for all teachers, since
educational institutions are seedbeds for
the training of children, youth, adults in
the different areas of knowledge and this
training cannot be disconnected from the
social dynamics of the teachers. actual
times. Based on the educational ideas of
Morín (1990), contributions on the
generation of knowledge of Muñoz and
Riverola (2003) and the academic and
empirical experience of the author. It
concludes with a critical reflection
oriented towards an education with a
new vision, which is a challenge for the
teacher when using social technology as
a strategy for a participatory, holistic
transformation, capable of venturing
into the new, without losing sight of the
technological, the essence of the human
being in formation is enhanced, with
freedom of thought to manage
autonomously, committed to their
natural, social and cultural
environment.
Keywords: Teacher, knowledge, reality,
social technology.
Introducción
El docente como generador de conocimiento es un tema de relevancia, pues constituye la
esencia de la educación a lo largo de los años, desde su génesis hasta su progreso actual.
Y si a esto le agregamos que ese docente cohabita en una realidad inmersa en una
tecnología social, se redimensiona el valor, proporcionando al tema un área de interés en
la sociedad de hoy. En atención a ello, me planteo el propósito de reflexionar acerca de
los nuevos retos de la educación en una generación que está en continuos cambios,
producto de una serie de acontecimientos humanos, ecológicos, sociales, culturales que
exigen una transformación permanente. Se debe destacar que, teóricamente esta reflexión
se sustenta en las ideas educativas de Morín (1990), considerando también los aportes de
Muñoz y Riverola (2003) así como mi experiencia académica y de investigación.
Aunque existen pocos antecedentes relacionados con el tema discutido, el
constructivismo social hace eco de los avances que desde hace décadas están mostrándose
con la tecnología social, la cual se ha introducido en nuestro entorno a partir de una serie
de técnicas, procedimientos y métodos que se pueden reaplicar dentro de las comunidades
para la solución de situaciones específicas de cada región. El asumir esta tecnología en el
área educativa, conlleva a una transformación permanente propiciada desde la reflexión,
crítica, participación y fundamentalmente por una toma de conciencia colectiva en la que
todos somos parte de todo, en un religar de acciones y relaciones para alcanzar el
conocimiento y ponerlo al servicio de la humanidad. Esto se considera en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en su art. 110 cuando reconoce a la
ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación por ser instrumentos
fundamentales para el desarrollo económico, social y político del país…” (p. 28).
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
23
Con lo planteado hasta aquí, se vislumbra un redimensionar de la forma de ver el papel
del docente, desde una perspectiva única, estática, hacia una pedagogía valoral,
humanizante, que considere al ser humano en sus sentimientos, pensamientos, ideas y
saberes y que pueda educar la condición humana en el entramado mismo de las
interrelaciones de los diferentes actores educativos y desde sus propios contextos. Esto
representa un aporte teórico-reflexivo de suma importancia para todo docente, ya que
se visiona una educación considerada en la actualidad, en una época de cambios, con
nuevas cosmovisiones acerca del sistema educativo, de la investigación y del aprendizaje,
pues así se puede poseer la libertad de pensamiento necesaria para abordar cada una de
las situaciones complejas que se presentan, de manera que la humanidad se apropie de
una esperanza con la cual le sea posible despertar de un letargo que por mucho tiempo ha
estacionado a los seres humanos en una forma de pensar estática, única, guiada por
intereses individuales que no han beneficiado a las masas, sino que al contrario, las han
puesto al servicio de intereses particulares.
Al respecto, Rodríguez (2005), propone “armonizar los intereses sociales y de la
comunidad, con los particulares de los educandos, formando aptitudes para el trabajo
social y productivo, despertando actitudes de conciencia social…” (p. 23). Esto comulga
con una apropiación de los saberes del ser que aprende, desde su génesis, desde sus
contextos familiares y comunitarios, para que los conocimientos que poseen puedan
concatenar con los teóricos en las instituciones y la tecnología social en la cual están
inmersos, se coloque al servicio de la humanidad. En atención a ello, presento mi
experiencia como docente generadora de conocimiento, acomo aspectos relacionados
con la generación de conocimiento desde las instituciones educativas y el rol del docente
y la tecnología social
Experiencia como docente generadora de conocimiento (mi esencia)
Desde mi línea maestra experiencial, al ser docente formadora de formadores, veo la
educación como un proceso social, cultural, tecnológico, impregnada de los valores que
el ser humano posee y que a través de la organización de sus ideas y el descubrimiento
de los patrones de pensamiento, logra concretar la construcción del conocimiento
expresado por medio del lenguaje y la comunicación. Vista así la educación, las
instituciones educativas deben ampliar su campo de acción recorriendo distintos modos
de aprender para que pueda configurarse la identidad social y humana en cada ser, cada
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
24
región, cada localidad, de acuerdo a las particularidades que de ellas se generen y se
mejore así la calidad de vida de todos en cada contexto.
En este sentido, la educación debe llevar al individuo a reflexionar acerca de lo que es y
de lo que hace para vivir, para que los que están a su alrededor puedan cohabitar
armónicamente, aprovechando al máximo las potencialidades que tengan como
individuos y como colectivos en un contexto físico, mental y espiritual, colocando al
servicio de todos, los recursos existentes, la tecnología, el conocimiento individual y
colectivo.
Desde esta perspectiva, en mi experiencia como docente de educación inicial, trabajando
con los niños, la familia y la comunidad tuve la oportunidad de comprender que un
maestro no se forma para circunscribirse a un entorno cerrado dentro de una institución
educativa, sino para trabajar en, por y para su comunidad, misma en la que están incluidos
los niños y su familia desenvolviéndose en entornos diversos en los que se interrelacionan
microsistemas, mesosistemas, macrosistemas y exosistemas (Bronfembrenner 1987) para
alcanzar el desarrollo como seres humanos sociales, holísticos en contextos amplios que
enriquezcan su vida en una cooperación y ayuda mutua constante.
Ahora bien, contamos con una tecnología que nos arropa socialmente y como docentes
debemos hacer uso de ella. Los procesos, productos y metodología que nos aporta la
tecnología son parte de los entornos en los cuales nos desarrollamos, por esta razón no
deben observarse como si fueran parte de elementos vacíos, creados para un mundo
aparte. He entendido en mi desempeño docente que la tecnología social es un aliado para
nuestra labor y nos ayuda no solo a ver el problema, sino a apropiarnos de la voluntad
para resolverlo y utilizar las herramientas, técnicas y procedimientos necesarios para
transformar la realidad circundante. Tomo como ejemplo, cuando a través de los
proyectos de aprendizaje con niños de cuatro y cinco años, salíamos a la comunidad a
observar la vegetación del lugar, conociendo así las características del suelo, los animales
que prevalecían en la zona y su acción sobre la naturaleza. De la misma manera podíamos
notar el impacto del ser humano en el ambiente. Un simple paseo por la comunidad dejaba
un cúmulo de aprendizajes, que a partir de la mediación reflexiva y crítica llevaba a la
utilización de herramientas para mejorar el entorno en los hogares y en la misma escuela.
Los niños aprendían a cuidar las plantas, a germinar semillas, a plantar árboles, regarlos,
cuidarlos. Todas estas acciones son parte de un proceso de transformación de las
comunidades, de resolución de problemas sencillos, que si no se abordan desde los
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
25
microsistemas de las instituciones educativas, desde la familia, van a desencadenar
problemáticas a nivel de los macro, meso y exosistemas.
Por otro lado, en mi experiencia como facilitadora de la Universidad Nacional
Experimental Simón Rodríguez (UNESR), he interactuado con los participantes en el
entorno de la institución, en las localidades que la rodean, vinculándome con las familias
y con las instituciones presentes en la comunidad, en trabajos de participación ciudadana,
formación en valores, actividades deportivas, haciendo uso de la tecnología social para
ayudar a los habitantes, a los maestros y padres, a utilizar sus recursos y potencialidades
para aportar soluciones.
De la miama manera, como facilitador vocero en Servicio Comunitario, aplicamos la
tecnología social en una comunidad cercana a la institución, cuando, con el propósito de
promover una educación en valores, cada uno de los participantes utilizó sus
conocimientos previos, las herramientas con las que contaban, utilizando los métodos que
de antemano conocían, para llevar a las escuelas, liceos y comunidad en general, la
promoción de los valores. Unos conocían de arte (pintura) y elaboraron murales, otros
utilizaron sus potencialidades en la elaboración de trípticos, otros utilizaron el discurso;
en fin, cada uno aplicó sus conocimientos científicos y tecnológicos orientándolos a la
solución del problema presentado en relación a los valores dentro de esa comunidad.
Otra experiencia como facilitador vocero en los que los participantes utilizaron la
tecnología social, fue en la conformación de un huerto escolar en una institución de
educación inicial dentro de la comunidad cercana a la UNESR. Aunaron esfuerzos y
saberes con los maestros y la familia de los niños, al aplicar técnicas para la recolección
de semillas, preparación de la tierra, aprovechamiento de los desperdicios orgánicos,
elaboración de fertilizantes orgánicos, siembra y cuidado de los cultivos.
En fin, la UNESR, ajustada al pensamiento de Adam (2014) es una universidad con
filosofía andragógica, donde los participantes adultos tienen conocimientos en diferentes
áreas, poseen saberes acerca de técnicas, métodos y procedimientos que, conjugados a
través de la tecnología social, pueden ser aprovechados desde los diferentes cursos y
unidades curriculares, colocándose al servicio de todos para favorecer el desarrollo
endógeno de la misma institución universitaria y de las comunidades. Es propiciar que el
conocimiento no se quede en letra muerta, sino que facilitadores y participantes generen
una comunidad de aprendizaje que se transforme en un compendio teórico-práctico
construido desde la transferencia de conocimientos en un religar constante de
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
26
aprendizajes para el mejoramiento de las condiciones ambientales, de las relaciones
sociales, de la calidad de vida de los ciudadanos que son parte de nuestro entorno local,
regional y nacional.
Desde esta perspectiva, Prieto (2003) enfatiza que “Necesitamos hombres capaces de
descubrir los obstáculos en el camino antes de tropezar con ellos. Que se mantengan en
constante vigilancia para avizorar los cambios y preverlos” (p. 49). Estos hombres que
reseña el autor, se pueden traspolar a maestros con mística de trabajo y vocación de
servicio, investigadores, visionarios de una educación transformadora, capaz de utilizar a
favor de todos la tecnología social, incrustando en cada estudiante, sueños de progreso,
bienestar, convivencia sana enmarcada en un cúmulo de saberes y haceres fomentados
por una formación, en donde sea conjugado el potencial humano, innato y adquirido, así
como las experiencias brindadas por el medio donde está inmerso, obtenidas a través de
una madeja de relaciones con diferentes personas de su entorno inmediato.
La generación de conocimiento desde las instituciones educativas
Hablar de saberes es entender que, desde que la humanidad existe, el conocimiento ha
dirigido sus acciones a lo largo de la historia. Sus formas y principios más elementales,
son los que han permitido que el ser humano sobreviva en un mundo hostil, amenazante,
conflictivo y salvaje, a tal punto que, a través de procesos adaptativos, lo ha convertido
en espacios para vivir de manera civilizada, armónica, solidaria y social.
Al respecto, el creador del universo expresó en la Santa Biblia, en el libro de Oseas,
capítulo 4, versículo 6: “mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento”. (Versión
Reina Valera, 1960, p.1137). Tomando en consideración esta aseveración, queda claro
que el mismo Dios, el cual es la sabiduría en pleno, señala la importancia del
conocimiento desde los inicios de la historia. Vale decir que, sin conocimiento el mundo
social no existiría, sino que hubiera muerto “aun antes de nacer”.
Pero, ante tal concepto, tendríamos que preguntarnos, ¿es cierto que el conocimiento es
el que mueve al mundo? ¿Es acaso imposible vivir sin conocimiento? ¿De qué manera
obtenemos el conocimiento? ¿Juega la escuela un papel específico, concreto, para la
generación o adquisición del conocimiento? ¿Podríamos vivir sin la presencia de la
escuela? ¿Es necesario que la escuela cambie su rol o presente otra forma de generar el
conocimiento? En verdad son muchas preguntas a las cuales podríamos dar infinidad de
respuestas y que seguramente desencadenarían en una dialógica y dialéctica inacabable.
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
27
Sin embargo, al dar una mirada retrospectiva al hombre desde que se instaló en la tierra,
nos podemos dar cuenta de que el conocimiento es inherente al ser humano, es parte de
su ser, es la esencia de Dios en su creación. Con sólo ver a un niño recién nacido cuando
busca el seno de su madre para obtener alimento, por lo que llamamos “acción refleja”,
nos damos cuenta de la incipiente semilla del conocimiento, germinando en lo que serán
las subsiguientes acciones del hombre, en la búsqueda de su alimento para sobrevivir, y
adaptarse a los diferentes contextos donde le corresponderá desenvolverse. Entonces,
cualquiera pudiera refutar mi concepción acerca de la aparición del conocimiento desde
ese momento, aduciendo que no se trata sino de simples reflejos involuntarios. Sin
embargo, Muñoz y Riverola (2003, p. 6) definen el conocimiento como “la capacidad
para resolver un determinado conjunto de problemas”, y esto me da la razón, cuando
aseguro que el bebé está aplicando lo que sabe, desde su conocimiento intrínseco, para
resolver el problema que le aqueja en ese momento, un conocimiento que quizá provenga
de sus sentidos, pero es conocimiento al fin
Partiendo de ello, se entiende que el conocimiento, aunque es parte de la esencia del ser
humano, debe cultivarse, pues la semilla que germina necesita ser abonada y regada para
que produzca frutos. Entonces, la escuela debe hoy en día, buscar la semilla para ser
sembrada en tierra fértil, abonada, representada por cada niño que llega a sus
instalaciones. Y ¿cuál es esa semilla? Pues, yo digo que es una simiente nueva, pura,
adaptada a las situaciones cambiantes de la sociedad moderna. La escuela no puede
pretender continuar en los viejos patrones de enseñanza aprendizaje, ofreciendo a los
niños conocimientos que ya tienen. No es un secreto que gran parte de los docentes en la
actualidad desconoce, lo que es la tecnología o su aplicación, al contrario de un niño de
corta edad, quien casi desde que nace es familiarizado con ella. La escuela actual,
presente en una realidad inmersa en la tecnología social, se ha convertido en un reto para
los docentes, la generación y transmisión de conocimientos que se supone ha sido la
función de la escuela desde sus inicios, no se traduce en sólo leer un libro e interpretar lo
que los autores plantearon hace muchos años. No, urge que la escuela se transforme, que
sus docentes comprendan que su función no basta con jugar con el niño cuando está en
educación inicial para formar hábitos y prepararlo para el aprendizaje de la lectura y
escritura, no basta tampoco con dar orientaciones acerca de lo que debe o no debe hacer.
Vinculación de la tecnología social y la ecología para la generación de conocimiento
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
28
El docente actual está inmerso en un mundo retador, innovador, creativo, que demanda
de él condiciones de líder, de emprendedor creativo, de estratega, que sea capaz de tener
una amplia visión para vislumbrar las oportunidades y también las amenazas que se
encuentran en el entorno, con el fin de aprovechar fortalezas, recursos y potencialidades
para rescatar un mundo que se empeña en autodestruirse. Desde esta perspectiva, la
escuela debe orientar la generación del conocimiento hacia una red de interacciones que
tome en cuenta los valores, no desde el punto de vista tradicional, como elemento
impuesto, inculcados bajo preceptos unilaterales, sino desde una racionalidad epistémica
que impulse una cultura que favorezca la “aptitud para reflexionar para aprehender las
complejidades humanas, para meditar sobre el saber y para integrarlo en la vida propia,
para correlativamente ver con mayor claridad la conducta y el conocimiento de uno
mismo (Morin, 1999, p. 35).
Lo planteado deja una discusión axiológica abierta hacia la interacción en el contexto de
la educación en todos sus niveles, invitando a darle significado a la existencia humana
desde la subjetividad, en la que están inmersos los valores, sentimientos, emociones,
saberes, ideas y pensamientos que subyacen en la mente y el espíritu humano y que
constituyen los ojos a través de los cuales se ve el mundo y las manos como medio por
el que se transforme la sociedad. Es por ello que todo docente, al facilitar aprendizajes,
debe adoptar una conciencia emancipatoria de alto nivel que le permita penetrar en el
sentir y actuar humano y a su vez le permita a ellos introducirse en su sentir y actuar de
manera que, con una acción participativa pueda comprender la multiplicidad de
interacciones que ocurren entre sujeto y objeto, o pudiera decir entre sujeto y sujeto, que
confluyen en la libertad para pensar y aprender.
Es así como, la escuela actual está llamada a dejar la concepción descriptiva,
predominantemente teórica, preconcebida y declarativa que hasta hoy ha seguido el
docente y acoplarse a la concepción dialéctica, empírica, humanizante y ecologizante de
la nueva escuela que la humanidad exige. Castellanos y otros (2002) sostiene que es
necesario articular las demandas presentes con la visión de desarrollo futuro” (p. 12). Es
decir, que el docente debe ubicarse en su realidad, en el contexto presente, sin dejar de
considerar las demandas de la sociedad para conformar un futuro armónico.
De este modo, se presenta el reto para el docente comprender que la teoría hasta ahora
practicada con tanto celo, siguiendo esquemas de objetivos, contenidos, estrategias,
recursos, pierde su validez e importancia, en los contextos donde son aplicados, sino se
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
29
conjugan con una práctica educativa que penetre en el sentir de cada uno de esos
contextos, en las características de sus seres humanos, en sus sentimientos, en su forma
de pensar, en su cosmovisión y en la particularidad del entorno donde está inmerso.
Desde esta concepción de escuela, el docente debe estar consustanciado con su entorno,
aplicando la tecnología social, en una red de interacciones en las que predomine un
pensamiento ecológico que pasa a ser una alternativa para rescatar al mundo y salvar al
planeta, para que el ser humano pueda vivir en armonía con la naturaleza y todos los
elementos que la conforman. Ahora bien, con el conocimiento de la ecología el maestro
“se permite comprender las interrelaciones entre los ecosistemas y los seres vivos,
también se busca la armonía con la naturaleza” (Villalobos, 2006, p. 5). Este
conocimiento guiará hacia la búsqueda de estrategias que permitirán que el ecosistema se
mantenga con cierto grado de estabilidad dinámica al propiciar la relación entre los
educandos y su medio ambiente, estableciendo un equilibrio ecológico necesario para la
vida de todas las especies existentes.
Al llegar hasta aquí, vale la pena detenerse a pensar qué hemos hecho hasta ahora para
mantener ese equilibrio con nuestro medio del que tanto se habla y del que desde que
estábamos en nuestros primeros grados, en las clases de ciencias naturales y biología, nos
enfatizaban los maestros. ¿Acaso no hemos conocido desde hace mucho la importancia
de cuidar y proteger nuestro ambiente? ¿Qué ha hecho la escuela además de hacernos
memorizar las formas de cultivar mejores condiciones de vida y amigarnos con el
ambiente en su forma humana, con plantas y animales? ¿En qué punto de la educación
formal hemos fallado? ¿Por qué el mundo en lugar de humanizarse, en lugar de tener
recursos naturales a nuestro favor, vamos hacia una destrucción inminente en la que los
llamados recursos renovables parecieran haber dejado de serlo y estamos sumergidos en
olas de contaminación y desequilibrio ecológico? ¿Acaso lo que nos enseñan en las
escuelas son preceptos falsos y recomendaciones erradas y sin sentido?
Indudablemente no, todas han sido enseñanzas de excelencia, sin embargo, parecieran
que no han dado buenos frutos. Entonces ¿cuál ha sido el error? En una sociedad en la
que tenemos tantos recursos, en la que contamos con una tecnología social que parte del
conocimiento, de técnicas, procedimientos, estrategias mejoradas con la evolución del ser
humano, ¿por qué pareciera que estamos dejando de lado ese bagaje de saberes? Al
respecto Peyloubet (2007) recalca que en la realidad actual “podemos ser adherentes a la
construcción de conocimiento de rango superlativo, honrado por la condición de utilidad
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
30
social y consagrado a la búsqueda de un desarrollo integral centrado en el equilibrio entre
el ser humano y su tecnología”. Es evidente que el mejor vehículo para alcanzar los
propósitos educativos es la conjugación de los saberes teóricos, los transmitidos de
generación en generación y la experiencia vivida; esta última se convierte en instrumento
socializador del hombre por excelencia, que permite trasmitir, acercar, interactuar, dar
significados y obtenerlos, apropiarse de conocimientos, aplicarlos, accionar sobre el
entorno y transformarlo para vivir cada día mejor, en armonía y paz unos con otros.
En atención a ello, tomando en cuenta la visión ecológica que debe tener el docente, es
importante que desde cada ambiente de aprendizaje, en cada escuela, podamos hacer uso
de la tecnología social, practicando el aprovechamiento de los recursos que nos da la
naturaleza. Por ejemplo, los residuos de alimentos como hortalizas, frutas, verduras,
pueden aprovecharse en lugar de contaminar el ambiente y ser gravosos al estado en el
proceso de recolección de basura. Pueden utilizarse para alimentar las plantas, siendo
previamente compostados a través de procesos sencillos que bien pueden realizarse en las
escuelas y en los hogares, con la orientación del docente y de personas de la comunidad
que conozcan de estos procedimientos y que sirvan de apoyo en las instituciones
educativas.
Otra forma de aplicar la tecnología social orientada a salvar el planeta, es reciclando las
hojas secas que se desprenden de los árboles, éstas pueden ser parte de la composta que
volverá a la tierra en forma de abono. Acciones como plantar árboles, cuidar las plantas,
respetar a los animales, haciendo comederos o bebederos para que las abejas, colibríes y
otros polinizadores encuentren el ambiente favorable para polinizar las flores, son formas
de protección del ambiente. Es momento de salir de las cuatro paredes y transformar las
lecciones memorizadas, para empoderarnos del entorno con acciones contundentes. La
escuela debe hacerse sentir, no por la presencia de un edificio donde se imparten las
clases, sino por sus docentes, por sus educandos, quienes deben estar diseminados por
cada comunidad restableciendo espacios para el buen vivir. Colina (2020) considera que
“es el maestro quien debe salir a encontrarse con la ignorancia para transformarla en
saber, a buscar los saberes para que se entrelacen en cada ser, y pueda existir un entramado
de sabiduría orientada hacia una convivencia productiva…” (p. 49).
De esta manera, enfatiza la relevancia de una educación que sale de las instituciones, que
tome en cuenta la tecnología social, los procedimientos, saberes, técnicas de la gente, de
los hombres pueblo, evitando conocimientos descontextualizados que se tornan
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
31
infructuosos cuando se desvinculan de la realidad, de la cotidianidad, de las relaciones
permanentes que tiene el hombre con la naturaleza, con su entorno, con sus semejantes.
Una educación que propicie el cambio en colectivo, transversalizando los saberes en cada
experiencia de los niños, jóvenes, adultos en cada familia y comunidad. Cabe señalar que
Piaget, citado por De Tejada (2008) expresa que el individuo va conformando el
conocimiento “desde adentro mediante las interacciones del sujeto con el ambiente que
le rodea” (p. 28) y por ello, más que alcanzar objetivos, el conocimiento busca la
organización de saberes, conocimientos, experiencias, a través de un intercambio activo,
con el fin de buscar la solución a los problemas reales en la localidad o la región en un
actuar solidario, cooperativo y mancomunado.
El rol del docente y la tecnología social
Hay que tener en cuenta que el docente, además de formar parte de un entorno
multidimensional, está a su vez vinculado a una tecnología social que es definida por la
Red de Tecnología Social de Brasil (s/f), citada por Peyloubet y otros (2009) como los
productos, técnicas y/o metodologías reaplicables desarrolladas en la interacción con la
comunidad y que representan efectivas soluciones de transformación social”. De acuerdo
a lo planteado, esta tecnología es parte del hacer de las localidades, es todo aquello que
nace del conocimiento, sea teórico o empírico (procedimientos, formas de utilizar los
recursos, artículos elaborados, otros) y que continuamente se está gestando en la sociedad
por acción directa del hombre sobre su ambiente.
Entonces, podría decirse que esta tecnología social no puede pasar desapercibida en los
diferentes escenarios, incluyendo el educativo y todo docente debe estar consciente de
ello. De allí que, el maestro en la escuela debe entender que no es sólo parte de un edificio
o un local, es parte de una red de relaciones complejas entre la institución, la sociedad y
los saberes, de un entrecruzamiento de aquello que no está ni completamente ordenado,
ni completamente desordenado, sino que está parcelado, separado, sin considerar la
diversidad de cruces, relaciones, disensiones y acuerdos que conforman un mundo
fenoménico.
Desde este contexto, los sistemas educativos de cada nación, al conjugar a la escuela,
la familia y la comunidad, epistemológicamente, los presenta como una inextricable
madeja de relaciones en la que los elementos teóricos están consustanciados en una
práctica dentro de un ambiente dinámico, conformado por una sociedad en la que
confluye diversidad de saberes. Cada uno de esos saberes están signados por acciones,
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
32
eventos, azares, ambigüedades, incertidumbres y certezas, en una praxis educativa que
contribuya a la transformación del hombre, desde la esencia de su propio ser y
considerando su interrelación con el entorno en el que está inmerso.
A tal efecto, el mundo interrelacional en el que está el ser humano, donde se vislumbra la
tecnología social como un eje orientador en la sociedad actual, demanda, para llegar a
darle utilidad real y positiva a esa tecnología, que el docente oriente una práctica
construida de adentro hacia afuera, primero en el ser que aprende y luego en el entorno
donde vive. Cuando nos ubicamos en el estudiante, es entenderlo como un sistema
humano, con sentimientos, ideas, pensamientos, saberes percepciones y sensaciones
particulares y diferentes a la de otros seres a su alrededor, pero que al conjugarse puedan
armonizar para una convivencia social equilibrada, productiva donde prevalezca la
comprensión y los acuerdos compartidos. Ahora bien, cuando nos ubicamos en el entorno,
es entenderlo como un sistema ecológico y social en el que confluye un planeta ordenado,
una naturaleza ancestral cuyos elementos están alineados en un equilibrio total al servicio
del hombre pero que exige de ese ser respeto, cuidado, protección, pues su modo de
acción es la reciprocidad.
Así mismo, el sistema social se manifiesta en una constante interacción del hombre con
el hombre en una mutualidad con la naturaleza. Cuando estos sistemas se activan, la
escuela, la familia y las comunidades trabajan para construir una sociedad enrumbada
hacia una integración armónica que favorezca el desarrollo de los procesos culturales,
políticos, económicos, tecnológicos por medio de seres humanos creativos, participativos,
críticos, bajo los principios humanistas y la consolidación de valores sociales. Todo lo
planteado, apunta hacia docentes que son artífices de escuelas gestoras de conocimientos
que no se limiten teleológicamente a la transmisión, aplicación y diversificación del
conocimiento, a partir de la simple transmisión de saberes, sin profundizar en áreas
específicas ni atendiendo a la diversidad de contextos en los que se producen esos saberes.
Metodología
La metodología de este estudio se enmarca en un enfoque cualitativo, con una
perspectiva crítico-reflexiva, desde el método de la sistematización de
experiencias, en el que se aborda el fenómeno de estudio en una interacción
dialógica y dialéctica experiencial, que orienta la discusión sobre el docente
como generador de conocimientos en una realidad inmersa en la tecnología
social.
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
33
En atención a ello, el paradigma cualitativo, se aborda con una perspectiva crítica que
dentro de la sistematización de experiencias propicia una investigación crítica reflexiva,
la cual, según Fonseca (1997), “es un proceso… el cual… se orienta a generar y fortalecer
una dinámica de confrontación, en la cual los sujetos cuestionen sobre su propia
condición: no basta con existir sino saber cómo y para qué…” (p. 142). Esto quiere
decir que la sistematización invita a los actores a sumergirse en un proceso indagatorio
en el que hay una constante red interrogativa que permite ir conformando un entramado
de ideas sustentadoras de propuestas, respuestas, aportes, confrontaciones con elementos
de la realidad, orientadas a la presentación de soluciones para las diversas problemáticas
que se puedan encontrar durante el hecho investigativo.
A tal efecto, debo acotar que, este tipo de investigación es pertinente con el objeto de este
estudio pues la generación de conocimientos en una realidad inmersa en la tecnología
social requiere auto reflexión del docente sobre su modo de percibir el mundo y su acción
sobre mismo y sobre el entorno. Para ello debe fomentar una visión abierta y flexible
de la realidad educativa y del entorno social, que facilite las interacciones entre los
colectivos donde se desenvuelve, manteniendo un clima de respeto, solidaridad, unión,
cooperación, honestidad y creatividad para poder influir positivamente sobre su entorno
e iniciar y desarrollar procesos de transformación que mejoren las condiciones de vida de
todos.
De allí que, los individuos deben crear nexos, conexiones que propicien reflexiones,
discusiones, procesos de debate que generen cambios en su praxis social, reconsideración
de sus experiencias, de sus acciones y abandono de situaciones, que desligadas del
bienestar individual y colectivo, adopten interacciones grupales favorecedoras del
entorno, es decir, crear un “nexo que lleve a la búsqueda y construcción de una praxis
distinta a la cotidiana y que se preocupe… por la sobrevivencia… y… se interroga sobre
la calidad de ésta” (Fonseca, ob.cit. p. 143)
Para darle curso a esta investigación, se consideró el método de sistematización de
experiencias, pues apunta hacia una reflexión crítica, consciente, responsable y
comprometida con los sujetos inmersos en el acto investigativo y con el entorno en el cual
se realiza la indagación. Visto de este modo, la sistematización, desde la perspectiva de
Cifuentes (2010) “aporta a la producción intencionada de conocimiento sobre y desde la
práctica, su reconstrucción ordenada, coherente y jerarquizada, de modo que podamos
interpretarla y contextualizarla histórica y socialmente…”
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
34
Quiere decir que, no toda sistematización debe ser vista como un proceso investigativo,
sino que deben estar en ellas procesos proyectivos, con intencionalidad indagativa y
planificada que lleve no solamente a registrar hechos o hacer seguimiento de acciones,
sino que esté orientado a reflexionar críticamente para la solución de un posible problema.
Así mismo, se destaca lo planteado por Jara (1998) quien muestra a la “interpretación
crítica como característica esencial y propia de la reflexión sistematizadora que busca
penetrar en el interior de la dinámica de las experiencias,… extrayendo de allí enseñanzas
que puedan aportar al enriquecimiento tanto de la práctica como de la teoría. (p. 7)
Partiendo de que esta investigación se basa en el método de la sistematización de
experiencias, puedo expresar que realicé registro reflexivo de mis propias experiencias
como docente inmerso en una realidad con tecnología social, además de los aportes de las
experiencias de docentes dentro de su práctica pedagógica, los cuales narraron las
vivencias que tuvieron con sus estudiantes en los diferentes contextos institucionales,
familiares y comunitarios, donde oportunamente interactuaron responsable,
comprometida y cooperativamente para que los procesos de aprendizajes se generaran en
un clima armónico, crítico y transformador. En la recolección de la información se guardó
la confidencialidad de los coinvestigadores o informantes clave. Los principales
instrumentos para la recolección de la información fueron las notas de campo y el guion
de entrevista.
Resultados
Como resultado de la sistematización de experiencias producto de este
estudio, los hallazgos están representados en el accionar del docente como
generador de conocimientos y se conjugan con el propósito planteado, el cual
se orienta a
reflexionar acerca de los nuevos retos de la educación en una generación
que está en continuos cambios, producto de una serie de acontecimientos humanos,
ecológicos, sociales, culturales que exigen una transformación permanente. En este
sentido,
surgen de la reflexión crítica de los docentes, quienes compartieron su
experiencia durante esta investigación y de la reflexión propia de la
investigadora. De acuerdo a su reflexión, los docentes manifiestan que en la
actualidad existe un letargo académico, admiten que muchas veces
circunscriben su labor a los espacios institucionales, sin entender la
complejidad del acto educativo, el cual, como parte de una red de sistemas,
está en un religar constante de interacciones que no se deben evadir, porque
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
35
en ellas está la clave para la transformación educativa. Indican que
lamentablemente se limitan en su mayoría a dictar contenidos programáticos
y no conjugan el conocimiento teórico con la realidad circundante, no sacan a
sus estudiantes a interactuar en sus contextos familiares y comunitarios, sino
que el tiempo transcurre en “la comodidad” del aula de clase. Sin embargo,
manifiestan que las pocas veces que han experimentado en ambientes
extraescolares, los aprendizajes son fructíferos y las vivencias han permitido
a los discentes abordar los contenidos teóricos desde una perspectiva real,
comprometida y responsable.
Además de ello, algunos docentes han aceptado que desconocen las bondades
de la tecnología social como herramienta para conjugar los conocimientos
teóricos con los prácticos, apropiándose de técnicas, herramientas y
procedimientos con los cuales pueda guiar a sus estudiantes a resolver
problemas, desde los más simples hasta los más complejos que se puedan
presentar en los
microsistemas, mesosistemas, macrosistemas y exosistemas donde
estén inmersos
.
Otro aspecto importante que surge dentro de esta investigación es el hecho de
que los docentes tienden a confundir la tecnología social con la tecnología
digital. Cuando se les pidió mostrar su experiencia con la tecnología social,
indicaron al internet como elemento importante dentro de la educacn y
como parte de las fuentes para la generación de conocimientos. Consideran
que desde la Pandemia Covid-19 ha sido necesario el uso de la tecnología
digital, incluso dando prioridad a los recursos tecnológicos para la facilitación
de aprendizajes, pues consideran que estamos en la era donde se deben acortar
las distancias con el uso de las redes sociales.
Es preocupante notar que ante las respuestas emitidas por los docentes, queda claro que
son pocos los que dominan el tema de la tecnología social y no la diferencian de una
tecnología digital que también está incrustada en las actividades sociales de esta
generación. (Sáez, 2004) expresa que el futuro no es digital, es analógico y digital,
"analogodigital". Es de entender entonces que las respuestas dadas obedecen a esa visión
analogodigital que plantea el autor, sin embargo es preciso hacer la diferencia en los
recursos tecnológicos existentes, porque si nos desvinculamos de una tecnología social,
dándole primacía a la digital, dejaremos de aprovechar las potencialidades que tenemos
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
36
en los diversos contextos, representados en los saberes ancestrales, cotidianos y los que
se van construyendo de las experiencias y de la teoría, en fin, lo que nos lleva a la
tecnología social.
Aquí cobra relevancia un docente generador de conocimiento que sepa aprovechar la
tecnología social, como punto de equilibrio para las generaciones nativas digitales. De la
reflexión crítica que surgió en los docentes, a través de un proceso dialógico y dialéctico
con la investigadora, se pudo entender que hubo una transformación de conciencia entre
los docentes, quienes en la interacción y abordaje del tema de la tecnología social,
pudieron comprender la necesidad de asumir retos innovadores en la educación actual,
tomando a la tecnología social presente en cada contexto, como una oportunidad para
propiciar aprendizajes, generar conocimientos desde las realidades de los estudiantes,
llevando la escuela a los hogares, a las comunidades, tomando el saber de los pueblos,
de la gente, para generar nuevos conocimientos los nuevos retos de la educación en una
generación que está en continuos cambios, producto de una serie de acontecimientos
humanos, ecológicos, sociales, culturales que exigen una transformación permanente.
Discusión
La discusión de los resultados parte de la contrastación de las fuentes, a partir de la
triangulación como técnica de investigación.
Reflexión
Teórica
Reflexión de
la
Investigadora
Reflexión de
las
Informantes
Clave
Triangulación
“a qué te refieres con tecnología social”,
“la inclusión del internet es importante
porque nos permite llegar a otros
espacios, acortar distancias en la
información”, “la tecnología social nos
permite utilizar herramientas digitales
para la búsqueda del conocimiento”.
Muñoz y Riverola (2003, p. 6) definen el
conocimiento como “la capacidad para
resolver un determinado conjunto de
problemas”
Morin (1990) cuando afirma que, en la
complejidad existe “un tejidode constitu-
yentes heterogéneos inseparablemente aso-
ciados: presenta la paradoja de lo uno ylo
múltiple” (p.32).
La educación debe llevar al individuo a
reflexionar acerca de lo que es yde lo que hace
para vivir, para que los que están a su alrededor
puedan cohabitar armónicamente, aprovechando
al máximo las potencialidades que tengan como
individuos y como colectivos en un contexto
físico, mental y espiritual, colocando al servicio
de todos, los recursos existentes, la tecnología, el
conocimiento individual y colectivo.
Después de contrastar mi experiencia como docente, las respuestas de los facilitadores
entrevistados y habiendo considerado las ideas aportadas por Muñoz y Riverola en
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
37
relación al conocimiento y las de Morin en cuanto a la complejidad, comprendí que existe
una brecha epistémica en la labor del docente actual, quien se circunscribe a un accionar
en el marco institucional, tomando a la tecnología social como sinónimo de la tecnología
digital y utilizándola como punto de encuentro con sus participantes, o como de utilidad
para la búsqueda del conocimiento, lo cual indudablemente es importante, pero no es la
esencia de la tecnología social ni tampoco del propósito de la generación de
conocimientos. Se entiende que, el rol del docente en la escuela es un acto complejo, tal
como lo expresa Morin (1990) cuando afirma que, en la complejidad existe “un
tejido…de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja
de lo uno y lo múltiple” (p. 32). En atención a lo que el autor menciona, el escenario
donde está presente la escuela, no es simple, ni tampoco unívoco, sino que es
interdisciplinario, multidimensional, con múltiples interpretaciones y acciones. El
docente en la escuela está inmerso en un campo energizado por la familia y la comunidad,
que a su vez hacen la sociedad local, nacional y mundial, dependiendo del ámbito donde
esté ubicada.
Morin revela un sistema educativo complejo, que está situado en una red de sistemas
(micro, meso, macro y exosistemas), en tal sentido que el docente, debe asumir esta
complejidad, saliendo de las cuatro paredes de las instituciones, conjugando la teoría
y la práctica, tomando en cuenta los saberes que el estudiante posee, tenga la edad que
tenga y orientarlos hacia la resolución de problemas que se encuentran en su entorno,
tal como lo plantean Muñoz y Riverola. La función del docente debe apuntar hacia una
educación que reconcilie la teoría con la práctica, que visione al niño, al joven, al
adulto que aprende como un semillero de esperanza para la transformación de la
humanidad.
Conclusiones
Es preciso acotar que los planteamientos concluyentes muestran el cumplimiento del
propósito planteado, pues se generó una reflexión acerca los nuevos retos de la educación
en una generación que está en continuos cambios, producto de una serie de
acontecimientos humanos, ecológicos, sociales, culturales que exigen una
transformación permanente. De la reflexión se entiende que los docentes desde las
instituciones educativas, deben en primer lugar identificar el conocimiento a transmitir,
de acuerdo a la naturaleza específica de la institución, es decir, debe concretar no
solamente lo que se espera que los niños, jóvenes y adultos que estudian conozcan, sino
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
38
también lo que ya conocen. Es valorar al ser que aprende desde la integralidad,
conjugando lo que conoce con lo que se dispone a conocer. Es considerar experiencias
simples pero por demás importantes como lo que en el hogar “nos enseñó la abuela”
acerca del uso del bicarbonato con leche para prevenir los hongos en las hojas de las
plantas. Este conocimiento que es parte de la tecnología social, lo tomamos y hacemos
una dualidad con el conocimiento teórico, generando transformaciones en el entorno. Eso
es un ejemplo sencillo a manera de corolario.
Por otro lado, en relación a la tecnología social vs. digital, hay que decir que es
indiscutible que los medios y recursos tecnológicos en general siempre han contribuido a
la comunicación, ofreciendo acceso rápido y seguro a la información, facilitando
diferentes procesos, solucionando problemas e inclusive salvando vidas. Es decir que, la
tecnología digital, utilizada adecuadamente puede proporcionar bienestar y una vida
armónica y saludable. Es menester entonces hacer uso de ella, aprovecharla e incluso
disfrutarla, pero no al punto de abusar de ella al colocarla en un sitial donde esté por
encima del ser humano. Lamentablemente, la era digital ha absorbido la vida diaria de
todos, inclusive de niños de corta edad, quienes en lugar de un juguete como en otrora
ocurría, utilizan un teléfono, una laptop o un juego electrónico para divertirse. Esto los
mantiene alejados del mundo real, al interactuar con máquinas en lugar de hacerlo con
personas. Así, su niñez, adolescencia, juventud y adultez permanece en una “cárcel
digital” que despersonaliza al ser humano y que está dañando no sólo la vida social, los
valores familiares, la cooperación, solidaridad, compañerismo, sino que el uso
indiscriminado de la tecnología afecta al planeta con las diferentes ondas
electromagnéticas generadas en el aparataje tecnológico.
Ante tales planteamientos podría decirse entonces que la tecnología ha venido a
convertirse en un perjuicio en lugar de beneficiar a la humanidad, pero esto no es del todo
cierto, pues es indudable que todos los equipos tecnológicos facilitan la vida, el acceso al
conocimiento y la unión de quienes están en diferentes partes del mundo. Es aquí donde
se entiende que, la escuela toma un papel preponderante en la era digital, no solamente
para impartir saberes acerca de su uso sino también para ayudar a mantener el equilibrio,
evitando que se abuse de ella y se tergiverse el propósito por el cual debe mantener en el
mundo. Sin duda, la escuela debe tener maestros formados en tecnología digital, capaces
de guiar a cada niño, joven o adulto para conformar equipos organizados desde donde se
genere conocimiento, pero que no pierdan su esencia humana.
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
39
Visto así, hasta ahora, pareciera haber un vacío, una brecha epistemológica. Es decir, las
escuelas no consideran los contextos donde se va a producir el conocimiento, ni las
especificidades de cada realidad; tampoco se establece el real significado de la relación
sujeto-objeto de la educación, y esto no permite diferenciar cómo y para qué se va a
obtener el conocimiento.
De allí que, toda política educativa debe ser planificada y orientada hacia la conjugación
de una teoría, la cual, por supuesto, no puede ser obviada, pero una teoría que coexista
armónicamente, con realidades particulares que permitan hacer uso de los recursos,
herramientas, equipos, tecnologías adecuadas a cada grupo social. No puede planificarse
la transmisión, difusión y aplicación de un conocimiento teórico alejado de la práctica, es
decir, no debe haber un divorcio teórico-epistemológico. Se debe gestionar un
conocimiento desde la tecnología social, basada en métodos, técnicas, procedimientos
que existen, que poseemos, y que de allí se pueden abordar otros conocimientos que
ayuden a la resolución de problemas, que se promueva una educación transformadora,
participativa, holística, capaz de incursionar en lo novedoso, en las que sin perder de vista
lo tecnológico, una educación que no sólo sea parte de un bagaje de saberes teóricos,
transmitidos por obligación más que por convicción, sino que se tomen los saberes
empíricos de las comunidades, regiones, localidades, saberes de niños, jóvenes y adultos,
que han vivido experiencialmente el conocimiento y se conjuguen con los elementos
teóricos que permitan mejorar, ampliar y validar esos conocimientos a través de una
gestión que se consolide en el empoderamiento de los pueblos, para el desarrollo y avance
de la nación.
Referencias
Adam, E. (2014). El Pensamiento Andragógico de Félix Adam y su trascendencia en la
educación universitaria de América Latina y El Caribe. Universidad Nacional
Experimental Simón Rodríguez. Ediciones del Rectorado.
Bronfenbrenner, U. (1987). La ecología del desarrollo humano. Cognición y desarrollo
humano. Ediciones Paidós. Primera Edición: Buenos Aires.
Castellanos, D. y otros (2002): Aprender y Enseñar en la Escuela. Una Concepción
Desarrolladora. Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de la Habana, Cuba.
Cifuentes, R. (2010). Sistematización de Experiencias en Trabajo Social: Desafío
Inminente e Inaplazable. III Congreso Internacional Trabajo Social Formación
profesional investigación sistematización e identidad profesional en la modernidad,
preguntas y respuestas. Arequipa Perú. En: Revista Tendencias & Retos 15,
Programa de trabajo Social de la Universidad de la Salle, Bogotá.
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
40
Colina (2020). Significado del Hacer Docente en Familia y Comunidad: Un Corpus
Teórico para la Atención Educativa No Convencional. Tesis presentada como
requisito para optar al Grado de Doctora en Ciencias de la Educación. Coro, Falcón,
Venezuela.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela: Caracas.
De Tejada, Miren y Otros (2008): Teorías vigentes sobre el Desarrollo Humano.
FEDUPEL, Caracas.
Fonseca, L. (1997). Epistemología de la Investigación Crítica. Fondo editorial Tropykos.
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, UCV, Caracas.
Jara H. O. (1998). El aporte de la sistematización a la renovación teórico-práctica de los
movimientos sociales. ALFORJA, Costa Rica.
Morin, E (1990). Introducción al Pensamiento Complejo. Buenos Aires, Editorial Nueva
Visión.
Morin, E. (1999). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro: Medellín,
Colombia. UNESCO.
Muñoz, Beatriz y Riverola, Joseph (2003). Del buen pensar y mejor hacer: Mejora
permanente y gestión del conocimiento, Editorial Mac Graw-Hill, Madrid.
Paula Peyloubet, Daniela Gargantini, Tomás O´Neill, Valeria Fenoglio., Gabriela
Valladares, Mariana Ortecho y Florencia Pasquale (2009). Tecnología social y
construcción colectiva del conocimiento. XXVII Congreso de la Asociación
Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de
Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires.
Peyloubet, P. (2007) Hábitat Popular Progresivo. Reinterpretación de los factores que
intervienen en su producción. Tesis Doctoral Inédita. Universidad Nacional de
Tucumán.
Prieto, L. (2003). El maestro como líder. 6ta. Edición: Caracas.
Rodríguez R., Víctor M. (2005): Pedagogía Integradora. Los Retos de la Educación
en la Era de la Globalización. Editorial Trillas. México.
Sáez Vacas, F (2007). TVIC: Tecnologías para la Vida Cotidiana. TELOS, 73.
Octubre - Diciembre, 2007. Fundación Telefónica, Madrid. Recuperado de:
http://www.telos.es/ editorial.asp? rev=73
Santa Biblia. Versión Reina Valera (1960). Nueva Versión Internacional. Editorial Vida.
Tejada M, Ríos P, Silva A. (2008). Teorías vigentes sobre el desarrollo humano.
Fedupel: Caracas.
julio diciembre 2023
Vol. 4, No. 7
e-ISSN: 2600-6006
41
Villalobos, L. (2006). Ecología y Medio Ambiente. Universidad Nacional Agraria.
Facultad de Recursos Naturales y del Ambiente. Departamento de Manejo de
Bosques y Ecosistema: Managua, Nicaragua.