F. Briones; M. Luna / Journal Business Science 2 (2021) 65 - 85
Facultad de Ciencias Administrativas. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Manta, Ecuador.
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Por lo tanto, la aparición de estos grandes acuerdos internacionales trae consigo la vinculación y
dinamización de más economías, lo que representa la eliminación de “barreras” como los impuestos y
aranceles para importar productos hacia otros países, que conlleva el hecho de implementar políticas
destinadas a bajar los costos del comercio, con lo que se obtendría mayor competitividad en el mercado.
Siendo así como de cierta forma se deja de lado al proteccionismo que se consolidó como política comercial
entre los años 1810 y 1930 que en palabras de Baena Rojas (2018) básicamente se trataba de lograr obtener
mayores ingresos mediante el recaudo de aranceles y, en consecuencia, proteger de cierta manera a las
empresas nacionales de las extranjeras. No obstante, se sostiene que los países subdesarrollados
“(...)recurren a estos acuerdos comerciales como una alternativa para su desarrollo” (Cornejo Almeida,
2017, p.37), en virtud de que les es necesario crear o mejorar sus vínculos internacionales para permitir su
ingreso a muchos mercados internacionales y sin muchas limitaciones, lo que significaría una gran
oportunidad para invertir en el sector productivo y no solo producir para el sector local sino para el
internacional.
En ese sentido, “el crecimiento económico es un proceso encauzado e incentivado desde la política
económica y demás instrumentos económicos diseñados y adoptados por el aparato de Estado para incidir
en la construcción de los mercados y en su expansión” (Pérez, 2016, p.77). Este crecimiento se calcula por
medio del Producto Interno Bruto (PIB), que es un indicador económico importante que evidencia la
cantidad de producción que genera anualmente un país, sin embargo, no es un indicador del nivel de vida
por persona necesariamente. Las primeras ideas del crecimiento económico son dadas por economistas
como Adam Smith quien enfatiza que “la dinámica de la productividad está determinada por la acumulación
de capital y la progresiva extensión de la división del trabajo, la cual se refiere a la organización de los
procesos particulares de producción (…)” (Ricoy, 2005, p.11). Además, en su obra Investigación sobre la
naturaleza y causas de la riqueza de las naciones publicada en 1776, afirma que “la riqueza de un país no
reside en la cantidad de oro acumulado, sino en la productividad del trabajo”. Son las ganancias del trabajo,
fruto de la eficiencia, lo que permite a las personas intercambiar bienes” (Yépez Zúñiga, 2012, p.15).
El Acuerdo Comercial Multipartes del Ecuador con la Unión Europea fue suscrito el 11 de noviembre
de 2016 por el vicepresidente de la República de ese entonces, Jorge Glas, en representación de los
ecuatorianos. Fue así como pasó a entrar en vigencia el 1 de enero de 2017 y convirtió al Ecuador en el
tercer país de la región Andina que lo integra junto con Colombia y Perú. Dicho acuerdo suponía asegurar
la liberalización inmediata del 99.7% de la oferta exportable histórica del Ecuador en los productos
agrícolas y del 100% de los productos industriales ecuatorianos. En ese sentido el Ministerio de Producción,
Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (2017) sostiene que, para la CEPAL, la entrada en vigencia del
Acuerdo Comercial representará para el Ecuador un incremento anual del 0,10 del PIB, del 0,15% en el
consumo y de un 0,13% en la inversión, además de un efecto positivo en la generación de empleos y en
mejores ingresos para la población.
Javier Latorre, viceministro subrogante de Comercio Exterior afirma que este Acuerdo Comercial
Multilateral permitió que las exportaciones no petroleras llegasen a obtener un ahorro en las esferas de
competitividad de los mercados de más de $ 400 millones, en virtud de que este valor representaba los
aranceles que correspondía cancelar por la exportación, que una vez llegado al consenso con el acuerdo
comercial se suprimió. Recordó además que, en el año previo a la entrada en vigor del ACM, las
exportaciones no petroleras en la UE alcanzaron $2.832 millones. Cabe indicar que los cinco principales