Facultad de Ciencias Administrativas. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Manta, Ecuador.
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Por otro lado, la Neuroeconomía, es la disciplina que trata de comprender cómo funciona el cerebro de
miles de personas en la toma de decisiones de carácter económico y, basándose en las fluctuaciones de las
neuronas expresa sus descubrimientos en ecuaciones susceptibles de ser usadas por los economistas, habilidad
que les permite procesar múltiples alternativas y seleccionar la más idónea. El S.N. recoge información sobre
el mundo exterior, sobre el estado del propio organismo, analiza y compara esta información, decide cuál es la
respuesta adecuada en cada momento; ejecuta, almacena la información para uso futuro, y planea la estrategia
a largo plazo.
La Neurociencia en un entorno económico y financiero, da origen a la Neuroeconomía que se inició en los
Estados Unidos, y se encarga de estudiar el cerebro humano mientras toma decisiones de carácter económico,
todo esto ha dado origen a un sinnúmero de investigaciones dedicadas al estudio del cerebro en relación con un
tipo específico de decisiones: las económicas.
Magot (2010), plantea el paradigma en la teoría del consumidor como una propuesta al modelo integral
cognitivo de la selección del consumidor bajo un nuevo enfoque neuroeconómico, en el cual reconoce que la
mente humana realiza el proceso de la toma de decisión desde diferentes perspectivas, pero las herramientas
que proporcionan los modelos propuestos en la teoría microeconómica necoclásica, valida comportamientos
observados para realizar el análisis del comportamiento del consumidor y los agentes económicos.
Marco conceptual de estudio
La neuroeconomía se la entiende como el campo que estudia la actividad cerebral ante la toma de
decisiones económicas, según Bermejo & Izquierdo (1999) indica que la última década del siglo XX fue la
llamada década del cerebro, la del conocimiento sobre su estructura y función, pero desde el punto de vista
exponencial y que en el nuevo siglo los descubrimientos sobre el sistema nervioso permiten evaluar los riesgos,
las recompensas y probabilidades de éxito que ha llevado a esta nueva disciplina, neuroeconomía, que permite
comprender el comportamiento como inversores y consumidores, pero no solo desde el punto de vista teórico
sino también a partir de las raíces biológicas.
De acuerdo con Damasio (2011) quién realizó estudios a pacientes con lesiones cerebrales en la corteza
prefrontal, quienes presentaban dificultad para realizar las actividades económicas y no podían anticipar los
resultados de sus elecciones, demostró que las emociones juegan un papel importante en el comportamiento
humano y sobre todo en la toma de decisiones. Paul Zack en 1998, fundador y director del Centro de Estudios
Neuroeconómicos de la Universidad de Claremont (California), 1998 realizó un estudio sobre la colocación de
recursos escasos, utilizó el término neuroeconomía como posible línea de investigación, aplica la neurociencia
para construir organizaciones de alto rendimiento, para comprender y guiar las decisiones de los consumidores,
él manifiesta que la neuroeconomía puede ser utilizada para predecir el comportamiento financiero, palabras
como emociones o expectativas pueden parecer conceptos abstractos pero están muy interaccionadas al entorno,
por eso los métodos de investigación de las finanzas neuroconductuales se concretan en las variables a nivel
micro y macro para explicar la relación que tiene el comportamiento humano en lo referente a los mercados
financieros.
En 1999 cuando se publica el primer artículo sobre neuroeconomía en la Revista Investigación y Ciencia,
en el cual se explicaba los mecanismos por lo que los monos elegían entre dos recompensas, los autores
(Bermejo & Izquierdo, 1999) puntualizan que otra de las disciplinas que han aportado a la neuroeconomía es la
economía del comportamiento, porque estudia la economía aplicando métodos psicológicos, siendo su principal
exponente Daniel Kahneman, israelí – estadounidense, premio Nobel de Ciencias Económicas 2002 por sus
descubrimientos empíricos que desafían el supuesto de la racionalidad humana que prevalece en la Teoría
Económica Moderna, como el padre de la neuroeconomía por su contribución al desarrollar la teoría de las
perspectivas, de acuerdo con la misma los individuos toman decisiones siempre en el entorno de la
incertidumbre, apartándose de los principios básicos de la probabilidad, de acuerdo a Kahneman & Tversky
(1979) este tipo de decisiones se las conoce como antojos heurísticos y una de sus manifestaciones es la aversión
a la pérdida, acorde a esta teoría, un individuo toma la decisión de no perder cincuenta dólares antes que ganar
cincuenta dólares, esto se conoce como asimetría en la toma de decisiones.