G. Farfán, E. Poveda / Journal Business Science 5 N°1 (2024) 86 - 101
Facultad de Ciencias Administrativas, Contables y Comercio. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Manta, Ecuador.
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coherencia, continuidad y viabilidad. Esto permite valorar el significado que posee el entorno inmediato
para una empresa al momento de considerar sus objetivos como parte esencial del cambio; de manera tal,
que puedan responder de forma oportuna y eficaz ante las posibles transformaciones políticas, sociales,
económicas, financieras, educativas y culturales que suelen presentarse (Mosquera y Palacio, 2019; Reyes,
2021).
Entre las principales estrategias de sostenibilidad que se deben plantear las organizaciones está, el
garantizar la perpetuidad del negocio, mediante la toma de decisiones que consideren el impacto a futuro
sobre los recursos, el entorno y las personas. Una empresa sostenible es aquella que es capaz de adaptarse,
innovar y prosperar en un entorno cambiante, anticipándose a posibles crisis y adaptándose a nuevas
normativas y demandas del mercado (Cárdenas et al., 2019).
Otra de las estrategias de sostenibilidad más importante, busca reducir la huella ecológica de la empresa,
optimizando el uso de recursos, minimizando residuos y promoviendo prácticas que reduzcan la emisión
de gases de efecto invernadero. Esta gestión responsable no sólo beneficia al medio ambiente, sino que
también puede llevar a una reducción de costos y la apertura de nuevas oportunidades de mercado.
Con respecto a lo social, García (2015), indica que las empresas sostenibles promueven prácticas laborales
justas, se preocupan por el bienestar de sus empleados y la comunidad y evitan cualquier forma de
explotación o discriminación; asimismo, buscan contribuir positivamente a la sociedad, ya sea mediante
programas de responsabilidad social empresarial, apoyo a comunidades locales o a través de prácticas de
comercio justo.
La idea principal de este modelo es generar beneficios tanto para la empresa como para la sociedad;
mediante el diseño productos, servicios y modelos de negocio que, además de ser rentables, resuelvan
problemas sociales o medioambientales, creando así un impacto positivo y un valor añadido. Las empresas
que implementan estrategias de sostenibilidad y comunican de forma transparente sus logros y desafíos,
tienden a ganar la confianza de clientes, inversores y otros interesados, lo que finalmente se traduce en
lealtad hacia la marca y mayores ventajas competitivas.
La reciente emergencia sanitaria que se decretó por la enfermedad producida por el coronavirus 2019
(COVID-19), planteó serios desafíos para la economía mundial y la sostenibilidad de las empresas. La
pandemia del 2020, llevó a la suspensión total o parcial de las actividades productivas de prácticamente
todos los sectores, siendo los más afectados, de acuerdo con el informe Sectores y empresas frente al
COVID-19: emergencia y reactivación, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), el sector manufacturero, el turismo y el comercio en general (Comisión Económica para
América Latina y el Caribe, 2020).
Según este informe, la mayoría de las empresas registraron durante los primeros meses del confinamiento
una importante caída de los ingresos y serias dificultades para mantener sus actividades, cumplir con los
objetivos financieros y con las obligaciones tanto para con su personal como para los acreedores; situación
que se repetía con un mayor impacto en la pequeña y mediana empresa, estimándose una pérdida de 8.5
millones puestos de trabajo a nada más en la región; de los cuales nada más un millón pertenecía al sector
turismo (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2020).
Datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de las Naciones Unidas, reflejaron la caída del
turismo en un 74% durante 2020 en comparación con el 2019; efecto que se mantiene en la actualidad,