V. Mendoza, C. Rivero / Journal Business Science 1 (2020) 1 - 12
Facultad de Ciencias Administrativas. Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Manta, Ecuador.
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Las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MIPYMES), se originan ante la necesidad de las familias de
tener un medio de subsistencia independiente, es así que personas emprendedoras; crean su propio negocio
buscando el bienestar económico de su familia.
Legislaciones de las MIPYMES de acuerdo al Código Orgánico de la Producción Comercio e
Inversiones
De acuerdo a lo que señala el Art. 53 del Código Orgánico de la Producción Comercio e Inversiones, la
Micro, Pequeña y Mediana empresa es toda persona natural o jurídica que, como una unidad productiva,
ejerce una actividad de producción, comercio y/o servicios, y que cumple con el número de trabajadores y
valor bruto de las ventas anuales, señalados para cada categoría, de conformidad con los rangos que se
establecen en el reglamento del mencionado Código. En caso de inconformidad de las variables aplicadas,
el valor bruto de las ventas anuales prevalecerá sobre el número de trabajadores, para efectos de determinar
la categoría de una empresa. El Consejo Sectorial de la Producción coordinará las políticas de fomento y
desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa con los ministerios sectoriales en el ámbito de sus
competencias.
Para determinar las políticas transversales de MIPYMES, el Consejo Sectorial de la Producción es el ente
encargado de aprobar las políticas, planes, programas y proyectos recomendados por el organismo ejecutor,
así como monitorear y evaluar la gestión de los entes encargados de la ejecución, considerando las
particularidades culturales, sociales y ambientales de cada zona y articulando las medidas necesarias para
el apoyo técnico y financiero; de formular, priorizar y coordinar acciones para el desarrollo sostenible de
las MIPYMES, así como de establecer el presupuesto anual para la implementación de todos los programas
y planes que se prioricen en su seno; además de autorizar la creación y supervisar el desarrollo de
infraestructura especializada en esta materia, tales como: centros de desarrollo MIPYMES, centros de
investigación y desarrollo tecnológico, incubadoras de empresas, nodos de transferencia o laboratorios, que
se requieran para fomentar, facilitar e impulsar el desarrollo productivo de estas empresas en concordancia
con las leyes pertinentes de cada sector; coordinar con los organismos especializados, públicos y privados,
programas de capacitación, información, asistencia técnica y promoción comercial, orientados a promover
la participación de las MIPYMES en el comercio internacional; propiciar la participación de universidades
y centros de enseñanza locales, nacionales internacionales, en el desarrollo de programas de
emprendimiento y producción, en forma articulada con los sectores productivos, a fin de fortalecer a las
MIPYMES.
Las pequeñas y medianas empresas tienen particular importancia para las economías nacionales, no solo
por sus aportaciones a la producción y distribución de bienes y servicios, sino también por la flexibilidad
de adaptarse a los cambios tecnológicos y gran potencial de generación de empleos. Representan un
excelente medio para impulsar el desarrollo económico y una mejor distribución de la riqueza (Van Auken
y Howard, 1993). Además, estas empresas contribuyen a reducir la pobreza y la inequidad al ser alternativas
de generación de empleo e ingresos y se caracterizan por tener activos propios, lo que les permite valorizar
recursos únicos. Sin embargo, las MIPYMES tienen algunas dificultades en virtud de su tamaño: acceso
restringido a las fuentes de financiamiento, baja penetración en los mercados, bajos niveles de capacitación
de su talento humano, bajos niveles de productividad, baja capacidad de asociación y se enfrentan a grandes
empresas y corporaciones con las cuales les es difícil competir (Paredes, Peña y Vacío, 2016).
No obstante Suárez (2001) considera que hay limitaciones, el papel de las MIPYMES en la economía del
país ha sido un factor que ha generado incrementos en la producción; valor agregado; aportaciones fiscales;
fortalecimiento del mercado interno; aumento de exportaciones, etc., por lo que han sido motivo de diseño
de políticas encaminadas a promoverlas y apoyarlas para elevar su competitividad y enfrentar la
competencia. De allí que estas empresas tengan un tratamiento prioritario por parte del Estado en todos los
ámbitos, desde las iniciativas para mejorar las condiciones de productividad, de calidad y de
comercialización, hasta las que impulsen una participación estratégica y provechosa en los mercados, ya
que es una forma de democratización y equidad de los beneficios del desarrollo económico para evitar la
concentración de capitales en pocas empresas (Zambrano, 2011).
La presente investigación tiene como objetivo principal determinar la incidencia que tiene la Ley Orgánica
de Regulación y Control del Poder del Mercado en el desarrollo económico de las micro, pequeñas y
medianas empresas (MIPYMES) del cantón Portoviejo, en el año 2018, identificar el número y la actividad
económica de las MIPYMES que existen en la ciudad de Portoviejo y la relación directa o indirecta que
tienen con la Ley Orgánica de Regulación de Control del Poder de Mercado y cuantificar las variables que
generaron incidencia positiva o negativa en el desarrollo económico de las MIPYMES.